Hace poco, en un curso de fotografía, una compañera me comentaba esto: que ella se considera muy poco compradora, que solo compra cuando de verdad necesita algo, pero que compra caro, que no compra en rebajas, y que de ese modo gasta menos y ahorra.
Así, de sopetón, parecen incoherencias, pero...
Hablamos de ropa, a veces vamos a comprar por diversión, pasar el rato, algo que nos gusta y por impulso nos lo llevamos, y luego está ahí sin usar…. ¡porque no lo necesito! porque ya tengo otras prendas que cumplen la misma función.
Sabemos que vivimos desde hace años un consumismo creciente de usar y tirar. También sabemos que la ropa muy barata ha sido fabricada sin salarios dignos ni derechos laborales.
Si compramos poco, lo que tenemos lo valoramos más.
Si compramos poco, usamos menos recursos del planeta.
Si compramos poco, debemos elegir mejor, solo prendas especiales que nos hagan sentir bien al ponérnoslas.
Si compramos poco, podemos pagar más por lo bueno: prendas de calidad, cómodas y que duren mucho tiempo.
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